Yo creo que en la preexistencia tuvimos un conocimiento claro de las dificultades, problemas y desafíos que experimentaríamos en esta vida. A la vez, comprendimos claramente que esta vida representaba una oportunidad para prepararnos a vivir eternamente con nuestro Padre Celestial, El Señor Jesucristo, y nuestras familias. A pesar de las dificultades que nos esperaron, “alababan todas las estrellas del alba, y se regocijaban todos los hijos de Dios.” (Job 38:7)
Es mí testimonio que nuestro Hermano Mayor nos hizo una promesa en la preexistencia muy similar a la que les dio a sus discípulos durante su ministerio terrenal: “No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros. La paz os dejo, mí paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.” (San Juan 14:18,27)
El élder David A. Bednar, del Quórum de los Doce Apóstoles, enseñó sobre el poder de Dios para ayudarle “No debemos subestimar ni pasar por alto el poder de las entrañables misericordias del Señor. La sencillez, la dulzura y la constancia de las entrañables misericordias del Señor serán de mucho provecho para fortalecernos y protegernos en los tiempos difíciles en los que actualmente vivimos y en los que aún viviremos. Cuando parezca que quizás nos encontramos totalmente solos, en verdad somos bendecidos por las entrañables misericordias del Señor que nos fortalecen hasta tener el poder de librarnos.
“Es posible que algunas personas que oigan o lean este mensaje, erróneamente pasen por alto o descarten la idea de tener a su alcance las entrañables misericordias del Señor... Tal vez pensemos equivocadamente que esas bendiciones y esos dones están reservados para otras personas que parecen ser más rectas o que sirven en llamamientos de importancia en la Iglesia. Testifico que las entrañables misericordias del Señor están al alcance de todos nosotros y que el Redentor de Israel está ansioso por conferirnos esos dones.” (“Las entrañables misericordias del Señor”, Liahona, mayo de 2005, págs. 100–101).
Si es humilde y sincero, y acude a Dios y a otras personas en busca de ayuda, podrá superar sus adicciones por medio de la expiación de Jesucristo. Así como muchos se han recuperado, usted también puede hacerlo y disfrutar de todas las bendiciones del Evangelio de Jesucristo.
Todos somos hijos de un amoroso Padre Celestial, Quien conoce a cada uno de nosotros por primer nombre and Quien desea que seamos felices. El no nos ha dejado solos en esta vida tan difícil y llena de problemas y desafíos. El envió a su Hijo Primogénito para ser nuestro Salvador y El ha llamado a profetas modernas y lideres inspirados para guiarnos en Su Iglesia restaurada. Podemos usar la guía escrita con el apoyo de líderes de la Iglesia y de asesores profesionales por personas que han sido adictas y han experimentado el milagro de la recuperación por medio de la expiación de Jesucristo. Al lado derecho se ha puesto una conexión a una copia de la Guía que se encuentra en un sitio de internet de la Iglesia. Al aplicar los principios del Programa Para la Recuperación de Adicciones, podremos invocar el poder de la Expiación y El Señor nos librará de nuestro cautiverio.
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