Un amoroso Padre Celestial quiere que volvamos a vivir con Él, nuestra Madre Celestial, el Señor Jesucristo y nuestras familias. Como parte esencial de Su “gran plan de felicidad” (Alma 42:8) tengamos que vencer las tentaciones de este mundo y arrepentirnos de nuestros pecados, errores y defectos. Igual que nuestros padres terrenales, Él tiene hijos rebeldes, pero nos ama aun cuando cometemos errores. No deja de amarnos, y nos proporciona una manera de volver Él.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” San Juan 3:16
Durante Su ministerio terrenal, el Salvador demostró un gran amor por cada hijo e hija de Dios, particularmente por aquellos que habían caído. En la parábola del hijo pródigo, el Señor recalca la importancia de tender una mano de ayuda a los que se hayan descarriado o estén perdidos, y la dicha que se siente cuando éstos regresan. No hay en todas nuestras sagradas Escrituras relato más hermoso sobre el perdón que el del hijo pródigo, el cual se encuentra en el capítulo 15 de Lucas. Todos debiéramos leerlo de vez en cuando y meditar sobre él.
“Y cuando [el hijo pródigo] todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle. Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos. Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba. Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros.”
“Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo” (Lucas 15:14–21).
Y el padre pidió que se hiciera una gran fiesta y cuando su otro hijo se quejó, él le dijo: “...era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado” (vers. 32).
Nosotros que nos encontremos cargados de pecado, adicción, o depresión somos el hijo pródigo. Es my testimonio que también tenemos a un Padre que nos espera y que está listo para aliviarnos y perdonarnos. Cuando se ha actuado mal y después viene el arrepentimiento, seguido por el perdón, literalmente el ofensor que estaba perdido es hallado y el que estaba muerto revive. ¡Cuán maravillosas son las bendiciones de la misericordia y del perdón!
“Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.” Lucas 15:7
Oi. Parabéns por seu excelente blog. Gostaria de lhe convidar para visitar meu blog e conhecer alguma coisa sobre o Brasil. Abração
ReplyDeleteDennis,
ReplyDeleteEven though I don't understand all of your words, I can feel the spirit of your message and your love for all. This is an awesome blog.
Gracias!
Sus Hermana, Linda