“Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados.”
Las reuniones para recuperación de adicciones de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, ayuden a aquellos que deseen recuperarse de alguna adicción. También se les da la bienvenida a los familiares y amigos de aquellos cuyas vidas puedan estar afectadas por la adicción de otra persona.
He tenido la oportunidad de asistir a muchas de estas reuniones de grupo como misionero de este programa inspirado, y creo que son unas de las más espirituales que he visto. Aquí se encuentra El Espíritu de Dios en abundancia. Somos un grupo de hermanos y hermanas que compartimos nuestra experiencia, fe, y esperanza a medida que estudiamos y aplicamos los principios del evangelio correlacionados con los 12 pasos de recuperación. Nuestras reuniones proveen un lugar seguro para compartir con honestidad ya que nos adherimos a los principios de confidencialidad y anonimato, y usamos un lenguaje y comportamiento adecuado para invitar a que el Espíritu este con nosotros.
La guía para la recuperación y curación de adicciones dice, “Tal vez no siempre sea factible participar en un grupo de apoyo o asistir a una reunión de recuperación. Aunque no pueda hacerlo, siempre es posible seguir cada uno de los pasos, con ligeras modificaciones, ayudado por su obispo o un asesor profesional seleccionado cuidadosamente. Cuando le sea posible asistir a una reunión de recuperación, reconocerá su utilidad como mínimo por dos razones. En primer lugar: Porque en esas reuniones estudiará principios específicos del Evangelio que, al vivirlos, le ayudarán a modificar su conducta. En segundo lugar: Estas reuniones constituyen un punto de encuentro con otras personas que desean recuperarse y con las que ya han seguido ese camino, y son una prueba viviente de su eficacia. En las reuniones de recuperación hallará comprensión, esperanza y apoyo.”
Leemos en el segundo capítulo de San Marcos de cuatro amigos que se esforzaron a ayudarle a un amigo paralítico que necesitaba una bendición del Señor. El paralítico no podía ayudarle a sí mismo, y sus amigos no podían acercarse al Salvador a causa de la multitud grande lo siguió.
“Entonces vinieron a el uno trayendo un paralítico, que era cargado por cuatro. Y como no podían acercarse a él a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el techo en que yacía el paralítico. Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados. A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa. Entonces, el se levantó en seguida, y tomando su lecho, salió delante de todos, de manera que todos se asombraron, y glorificaron a Dios, diciendo: Nunca hemos visto tal cosa.” San Marcos 2:3-5, 11-12.
Doy mi testimonio que milagros de la curación existen hoy en día. He visto milagros de la recuperación y curación de adicciones en las reuniones de grupo del programa para la recuperación de adicciones. Vienen a estas reuniones adictos y amigos y familiares de adictos con mucha fe, buscando al Señor Jesucristo. Hallan al Espíritu, apoyo y esperanza. Yo se que vive El Salvador, y que esté listo para curarnos.
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